miércoles, 29 de octubre de 2014

La pintura de la casa

No los culpo si no me creen, yo tampoco lo creería si me lo cuenta una persona cualquiera con un blog en internet, pero quiero que sepan que estos hechos son totalmente auténticos; bueno, aquí va la historia:

Me llamo Joseph. Mi madre murió hace ya 5 meses, y como su único hijo heredé su casa. Poco después de su funeral me decidí a ir a vaciar la casa para subastar algunas cosas y poder instalarme tranquilamente.

Mientras estaba limpiando el closet de la habitación encontré un cuadro con una casa pintada en él. Era una casa grande y amarilla, con unos 2 pisos de alto. Se podían ver 3 de las 4 ventanas que éste poseía abiertas mostrando a 3 de los integrantes de la familia: una niña pequeña, un hombre robusto y una mujer. Tenía un amplio patio donde un hombre, que supuse era el jardinero, podaba la ligustrina con una cierra eléctrica. Éste detalle me pareció de más, un poco siniestro para un cuadro infantil pero no le di importancia.

Recordé que mi madre me había contado que cuando era pequeña le gustaba pintar y dibujar, y como ella había vivido allí toda su vida, supuse que ella lo había hecho.
No sé si fue un acto de estupidez, o me sentía sensible por todos los recientes sucesos, pero decidí quedarme con el cuadro, acto seguido lo colgué por encima de mi cama.
Esa misma noche salí a tomar algo con mis amigos para despejar un poco la mente, era joven, recién tenía unos 22 años y era fin de semana, por lo que no tenía que preocuparme por faltar a mis estudios universitarios.

Cuando volví estaba un poco tomado, apenas llegué tiré mi celular en el sofá de el living y me metí en la cama sin sacarme la ropa. Sin embargo, cuando entre me pareció ver en el cuadro que el jardinero no estaba, y la ventana que daba a la habitación de la niña estaba cerrada, pensé que probablemente era por los efectos del alcohol, así que me dormí.

Al otro día comprobé que lo que había viso era cierto, comencé a alterarme bastante, y la fuerte jaqueca que me quedó de la noche anterior no ayudaba.

Me levanté de la cama, me lavé la cara, desayuné y me tomé una pastilla para calmar el dolor de cabeza.
Cuando volví a mi cuarto, todo empeoró. La mujer estaba donde antes habitaba la niña, llorando, y en la ventana que mostraba al hombre se veía al jardinero cortando la cabeza a éste. Lo más curioso es que del marco chorreaban gotas de sangre.

Aterrado, busqué un hacha en el garaje y partí el cuadro a la mitad y de este salió una nota, escrita con letra de infante, esta decía lo siguiente:

No resisto más la presión, debo decírselo a alguien, lo que vi en esa tarde. Esa casa siempre me llamó la atención, tan grande, un día no resistí más y decidí pintarla, aunque creo que no lo hice en un buen día. Presencie el asesinato de 3 personas…

Me detuve ahí ¿Tres personas? Me volví  a fijar en el cuadro, y en efecto, la madre desapareció de la imagen. Seguí leyendo:

A quien sea que lea esto, por favor, contacte a la policía. Es un crimen sin resolver y él me está vigilando, cuando haga algo, va a atacarme, sigue todos mis pasos, y ya no sé qué hacer.
_No puede ser –Dije, pues sabía que mi madre había muerto en una cabina telefónica, ese bastardo la había matado. Con un nudo en la garganta investigué en internet y en la fecha que estaba escrita en el cuadro había ocurrido un triple asesinato sin resolver. Desesperado, traté de contactar a la policía, pero sentí algo, algo que me causó un terror absoluto.
Sentí como si alguien… me estuviera mirando.

No Encontre Imagen :(  .

jueves, 23 de octubre de 2014

Dead Bart





“Fox tiene una forma bien extraña para contar los episodios de Los Simpsons. Ellos se negaron a contar unos cuantos de ellos, haciendo que la cantidad total de episodios sea inconsistente. La razón de esto es por un episodio perdido de la primera temporada.
Buscar detalles sobre este episodio perdido es difícil, ninguno de los que trabajaban en ese entonces en Los Simpsons quieren hablar de ello. De lo poco que se ha podido saber, el episodio perdido fue creado totalmente por Matt Groening. Durante la producción de la primera temporada, Matt comenzó a actuar extrañamente. Estaba demasiado intranquilo y parecía nervioso en ese entonces. Mencionarle esto a los que trabajaban en ese entonces los hizo enojarse y prohibirme mencionarle esto a Matt. La primera vez que escuché de esto fue en un evento donde David Silverman estaba hablando. Alguien en el publico le preguntó sobre el episodio, y Silverman simplemente dejó el escenario, haciendo que el evento terminara antes. El número de producción de este episodio era 7G06, y su título era ‘Dead Bart’, pero fue reemplazado mas tarde por el episodio ‘Moaning Lisa’ (para los añones que no saben cual es, es ese donde Lisa toca con ‘Encías Sangrantes’).
Aparte de enojarse a la sola mención de este episodio, los trabajadores de aquel entonces también harían todo lo posible para evitar contactarme con Matt Groening. En un evento de fans, logré seguirlo después de que hablara con el público, y así, tuve la oportunidad de hablar a solas con él afuera del edificio. Él no se molestó en lo absoluto, seguramente porque esperaba encontrarse a la salida con algún ‘fan obsesionado’. Sin embargo, cuando le mencioné sobre el episodio perdido, se puso pálido, y temblaba al borde de las lágrimas. Tomó un trozo de papel, escribió algo en él y me lo dio. Me rogó que nunca mas le mencionara ese episodio de nuevo.


El episodio comenzaba como cualquier otro, pero tenía una calidad de animación muy pobre. Si has visto la animación original de Los Simpsons, notarás que era similar, pero la animación era menos estable. El primer acto era prácticamente normal, pero la forma en la que los personajes actuaban era un poco extraña: Homero se veía enojado, Marge deprimida, Lisa ansiosa y Bart parecía tener un odio total hacia sus padres. 
El episodio era sobre los Simpsons viajando en avión. Casi al final del primer acto, el avión iba saliendo y Bart andaba ocioseando, como era de esperarse. Sin embargo, como el avión iba a casi 50 pies de altura, Bart rompió una ventana del avión y fue succionado.
Al principio de las series, Matt tenía la idea de que todo el mundo de Los Simpsons representara la vida cotidiana, y esa muerte haría las cosas más realistas… esto fue usado en este episodio. La imagen del cuerpo de Bart era apenas reconocible, ellos tomaron total ventaja de que no se pudiera mover e hicieron una imagen casi realista de su cadaver.
El acto 1 termina con una imagen del cuerpo de Bart. Cuando el acto 2 comenzó, Homero, Marge y Lisa estaban sentados en sus sillas, llorando. El llanto seguía y seguía, cada vez siendo más doloroso y sonando más realista y mejor actuado de lo que te podrías imaginar. La animación comenzaba a decaer mientras lloraban, y tu podías escuchar murmullos en el fondo. Los personajes eran apenas distinguibles, se ensanchaban y se ponían mas borrosos, pareciendo como sombras deformadas pintados con colores brillantes aleatorios. Habían rostros mirando por la ventana, pero que solo aparecían en ciertas fracciones de segundo, por lo que no estoy seguro como eran realmente. La familia lloró por todo el acto 2.
El acto 3 comenzaba con un cartel que decía ‘1 año despues’. Homero, Marge y Lisa estaban casi esqueléticos, y seguían sentados en sus sillas. No habían signos de Maggie o de las mascotas.
Ellos decidieron visitar la tumba de Bart. Springfield estaba completamente desierta, y mientras ellos caminaban al cementerio, las casas se volvían más y más decrepitas. Todas se veían abandonadas. Cuando llegaron a la tumba de Bart, su cadáver estaba tirado justo al frente de su tumba, teniendo la misma apariencia que tenía al final de Acto 1.
La familia comenzó a llorar de nuevo. Eventualmente se detuvieron y se limitaron a observar el cuerpo de Bart. La cámara hace acercamiento a la cara de Homero. Según algunas personas, Homero cuenta un chiste en esta parte, pero no es audible en la versión que vi, así que no les puedo decir lo que dijo realmente Homero.
La cámara se empieza a alejar mientras el episodio finaliza. Las lápidas en el fondo tienen los nombres de todas los famosos que visitaron Los Simpsons, incluso aquellos de los que nadie había escuchado en 1989, e incluso algunos que ni siquiera habían estado todavía en el show. Todos ellos tenían sus fechas de fallecimiento. Para las visitas que murieron ahora, como Michael Jackson y George Harrison, las fechas eran de cuando ellos podrían haber muerto. Los créditos eran completamente silenciosos, y parecían escritos a mano. La imagen final era la familia Simpson sentada en el sofá, como en la intro, pero todos dibujados de forma muy realista, al igual que el cuerpo de Bart.
Un pensamiento se me vino a la mente después de ver este episodio por primera vez: podrías intentar usar las lapidas para predecir las muertes de las estrellas que visitaron a Los Simpsons, pero hay algo extraño sobre la mayoría de los que aun no han muerto. Todas sus muertes estaban marcadas para la misma fecha.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=JPBGnjz9xUI]
Sé que el vídeo no es un vídeo en sí, es sólo el audio, pero en vídeos relacionados aparece un vídeo un poco más realista. También sé que no es precisamente un creepypasta que dé miedo, pero aun así es extraño escuchar acerca de episodios perdidos en series famosas como lo es Los Simpson. Pronto les traeré una sorpresa: estoy trabajando en mis propios relatos y terminaré uno la siguiente semana. Mientras tanto sigan enviando sus “pastas” para que puedan ser publicadas en el sitio. Por ahora me iré a dormir. Ustedes pueden hacer lo mismo, o pueden quedarse viendo las demás historias y no dormir en toda la noche. USTEDES ELIGEN.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Arrregui Y Las 19:30

Historia muy Terrible y jodida de encontrar Medisculpo por los mese de ausensia.
Eran las diecinueve y treinta horas y el mucamo corrió presuroso para atender el teléfono.
Es que ya hacia tres días, que no tenía noticias de su patrón el señor Arregui.
Levantó el auricular y se produjo el siguiente dialogo:

< Hola  Rogelio, habla  Juan José.
< Ah… por fin señor. Ya estaba preocupado. ¿Está usted bien?
< Si Rogelio no te preocupes, es que tuve que emprender un viaje inesperado y me ausentaré  no sé  bien por cuanto tiempo.
Todos los días me voy a comunicar con vos para pedirte que hagas algunas cosas que me quedaron pendientes.
Detrás del cuadro que está en mi oficina, escrita en el marco, vas a encontrar la clave de la caja fuerte, allí tendrás suficiente dinero para unos meses.
Podrás disponer de él para las cosas  de la casa, y por supuesto para tu sueldo.
En el Banco Nación que está en la esquina de casa, tengo una caja de seguridad. Las llaves, el número de caja y una credencial que te autoriza abrirla, también las vas a encontrar en la caja fuerte.
Menos mal que hace ya bastante tiempo, se me ocurrió hacerte este poder, por si se presentaba alguna vez una situación como esta.
En la caja de seguridad, hay acciones de distintas empresas importantes, bastante dinero y algo de oro, vas a manejar todo esto según mis instrucciones.
Siempre confié en vos.
Bueno por hoy es bastante y no quiero atolondrarte con mas recomendaciones.
Por ultimo te encargo que les avises a mis amigos, los muchachos del club; que no voy a poder ir más por un tiempo todos los martes y jueves, a jugar tenis como de costumbre.
< Bueno señor,  muchas gracias por su confianza y espero no defraudarlo.
< Mañana te llamo nuevamente.  Chau  Rogelio cuidate y gracias.

Todos los días, a las diecinueve y treinta en punto, Arregui se comunicaba con  Rogelio, para que este le pasara el parte de las novedades del día, y darle las directivas pertinentes a estas.
Nunca mencionaba en donde se encontraba, solo decía que aún no había llegado a destino y que quizás en unos pocos días más…  Es que el camino es muy malo e intrincado…
– Decía Arregui. – ­
Así pasaron seis meses, hasta que Arregui  por fin dijo haber llegado. Pero no dijo donde.
Habiendo ya concluido todos los asuntos pendientes que había dejado en Buenos Aires, con la colaboración de Rogelio, dejó de hacer su llamada diaria de las diecinueve treinta.
El mucamo a estas alturas ya era virtualmente el dueño de casa y hacía y deshacía a su gusto y parecer.
Luego de varias semanas, a las diecinueve treinta en punto suena el teléfono.
Rogelio atendió:
< Hola Rogelio. ¿Cómo estas? >
< Bien señor.  Hacía mucho que no llamaba. ¿Que pasó?>
< Nada. Sólo estuve tratando de conseguir donde instalarme, y me llevó un tiempo.
Allá en Buenos Aires, ya queda poco y nada por hacer, y yo te necesitaría acá con migo que me serías de más ayuda.
¿ Te parece bien si te mando a buscar en un par de semanas? >
< Si señor, como usted diga. Pero… ¿En donde queda el lugar en el que usted está? >
< Mirá Rogelio, no se como explicarte. Pero es lejos, prepárate para un viaje largo.
< Chau Rogelio. Nos vemos pronto. >
< Chau señor. >

El mucamo fue preparando a lo largo de dos semanas su equipaje.
Al finalizar la segunda semana, casualmente enciende el televisor faltando pocos minutos para las diecinueve y treinta.
En el informativo, dan la noticia de un campesino que caminando por la orilla de la ruta, vio en el fondo de un precipicio tapado por unos arbustos, un automóvil  en cuyo interior, se encontraba el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición.
La noticia capturó la atención de Rogelio, y se paró frente al aparato para escuchar bien de que se trataba.
Mientras mostraban  las imágenes del lugar, el locutor seguía leyendo:

“Fuentes policiales informaron que al parecer, el cuerpo habría estado allí por más de seis meses, y los documentos encontrados en él, pertenecerían a un tal Juan José Arregui importante empresario de Buenos Aires. Quién habría caído al precipicio, por causa de un reventón en uno de los neumáticos del rodado.”

Al escuchar semejante noticia, el mucamo invadido por una mezcla de pánico y estupor, siente una puntada aguda en su pecho, mientras que su corazón late a la velocidad de un caballo descontrolado.
Su respiración se hace cada vez más dificultosa, y tomándose con ambas manos el costado izquierdo, intentando desesperadamente tomar algunas bocanadas de aire cae muerto sobre el sillón que tenía a su espalda, exactamente a las diecinueve y treinta horas.

Tal como le dijo Arregui… Puntualmente en dos semanas lo mandó a buscar.

lunes, 14 de julio de 2014

Pained, La Leyenda del Pokémon Demonio

Este es el creepypata mas largo que he leído y extrañamente blogger no me deja ponerlo entero así que he decidido cortarlo en tres retasos, así que. Aquí les dejo la parte 1 de este impresionante creepypasta:


Debo contaros que, sinceramente, comprar el nuevo juego de Pokémon Negro por Internet, ha sido la peor decisión de toda mi vida. Pronto comprenderéis por qué.

Hace un par de meses, cometí dicho error: obtuve mi juego de Pokémon Negro, comprándolo por Internet… Aquí empezó todo.

Una mañana cualquiera, tras el desayuno, el cartero llamó a mi puerta. Yo sabía perfectamente a lo que venía, pues llevaba esperando su llegada durante unas tres semanas. La paciencia infinita que tuve para conseguir el preciado (preciado, me lo parecía al principio) juego, se vio recompensada al fin. Abrí la puerta, firmé sus papeles y adquirí mi paquete. Ya desde ese momento sentía, a la par que la alegría de tenerlo, una siniestra sensación, a la que francamente no hice demasiado caso (craso error).

Nada más entrar en casa, no dije nada a nadie. Subí corriendo a mi cuarto a jugar y jugar como un poseso, no podéis imaginar con qué ganas lo iba pasando y cuánta diversión me daba hacerlo. La idea de vivir una nueva aventura Pokémon siempre me emociona…

A la hora de la merienda, descansé un poco. Tras comerme mi bocadillo, cogí mi DS y salí a jugar con mis amigos, y de paso poder presumir de mi nueva “joyita”. Casi todos mis amigos tenían ya el juego, y ya iban bastante avanzados, por lo que me molestaba un poco verles ya cercanos a su séptima medalla, alguno que otro venciendo a Mirto, en fin.. Bastante adelantados. Pero, qué deciros, el juego me parecía tan especial, que a mis ojos, aunque supiese ya qué iba a suceder más adelante, no perdía su misticismo natural. Yo era como un niño con una piñata de cumpleaños: todos sabíamos que había chuches… Pero no perdíamos la ilusión de apalear esos simpáticos muñecos.

En una de éstas, al dejar de jugar todos, nos pusimos a bromear; mis colegas con el Pokémon Blanco debatiendo contra mis amigos con Pokémon Negro, entre los cuales me encontraba yo, sobre qué juego era el mejor. Todos mostrábamos nuestros cartuchos, haciendo toda clase de tonterías y “frikadas”. Ese fue el concreto instante en el que me di cuenta de que algo no iba bien…

Por algún motivo que no comprendía, y desearía nunca haberlo comprendido, la tarjeta de mi Pokémon Negro no coincidía con la de mis otros compañeros; la pegatina del juego era diferente, no poseía los símbolos distintivos de la casa Nintendo, y el fondo era de un negro más oscuro…

En principio sólo lo vi curioso. Quizá el motivo era que, al adquirir yo dicho juego posteriormente que mis amigos, habían cambiado el modelo, o tal vez todo se debía a que yo lo compré por Internet, en otro lugar donde la fuente era distinta. Quizá simplemente su anterior dueño la había diseñado porque le gustó más así, quién lo sabría. A fin de cuentas, jugué delante de los demás y nadie vio nada distinto en él, tampoco yo me percaté de nada. Mientras os escribo esto soy bien consciente de lo ingenuos que fuimos… De lo ingenuo que fui.

Terminamos la tarde con un divertido partido de fútbol. Siempre despeja y sienta bien una buena sesión de deporte, en especial con personas que te diviertes. Tras esto, nos despedimos. Era hora de volver a casa.

Al llegar a casa, era bastante tarde. El partido se había extendido más de lo esperado, y yo me entretuve por el camino. Mi madre y yo tuvimos una discusión… Importante, para ser sutil. Acabé bastante enfadado con ella, aunque no menos que ella conmigo, y lo peor es que, de postre, tenía ahí a la pesada de mi hermana tocándome las narices: “¡Mamá tiene razón siempre!” “¡Mamá te ha reñido, chincha rabiña!” Esas frases tan profundas y que acompañan en el sentimiento, con las que siempre nos deleitan las hermanas pequeñas.

Total, que me evadí un poco del mundo, tomando una agradable ducha. Tras esto, me dispuse a cenar, sabiendo perfectamente que no podría, tras todo lo que pasó con mi madre. Estaba castigado sin ordenador, sin consolas, y evidentemente sin cenar. No era preciso decirlo.

Tan solo fue entrar en la cocina, y mi madre lo dijo todo con una sola mirada. Sin discutir ni rechistar, porque yo también estaba cansado de problemas, me subí a mi cuarto. Si se pensaba que no jugaría a mi nuevo juego de Pokémon Negro, iba lista. Contaba con la DS en mi bolsillo y una edad de adolescente perfecta para adoptar una actitud de rebeldía. Sin más preámbulos, jugué.

Proseguí con mi partida. Me llamó mucho la atención que, en el menú principal que aparece después de Reshiram y “Pulsa Start”, las letras eran de color rojo intenso. No me había dado cuenta ni me había fijado de cómo eran antes, así que di por hecho que siempre habían sido así. “¡Qué chulo!”, pensé para mis adentros. Hoy sé perfectamente que son blancas…

Al darle a la opción “Continuar”, el juego se me congeló. Genial, vamos… Un juego nuevecito, y ya tocando las narices. ¿Podría ir a peor la cosa? … Sí.

Después de dos o tres intentos más, finalmente pude continuar la partida. Me encontraba donde había guardado, en Ciudad Gres. Antes de jugar el partido, hacía ya un par de horas, acababa de superar el Gimnasio Gres y la zona del Solar de los Sueños. No me costó demasiado. Orgulloso, con mi primera medalla, seguí adelante. Nunca olvidaré el precioso detalle acuático de la fuente situada a la salida de dicha ciudad. Fue lo último que viví con normalidad de este juego…

Llegué a la Ruta 3. Allí, mientras andaba, de repente, se me abrió un cuadro de diálogo. En él, una persona que de momento no sabía quién era, me llamó. Me dijo: “¡Oye, Thor! ¡Esperaaa!”. Thor era el nombre de mi entrenador en el juego. Me suponía que estaba comenzando un nuevo espacio en el que sucede la historia, diálogos de forma lineal. Ya sabéis… Viene el profesor, el rival, mamá, sucede un combate, te entregan algo… 

Esas cosas que siempre sabemos que ocurrirán cuando algo nos para de repente en los juegos de Pokémon. 

Sin embargo, esta vez era distinto. Nada más ocurrió, podía moverme libremente por la ruta sin opresiones de ningún tipo. Busqué quien pudiera haberme llamado, quizá era un suceso del juego en el que alguien iba a darte un susto bromeando. Y vaya que si me dieron un susto, aunque no como habría deseado. En absoluto…

Debo admitir que en este momento me invadía cierto malestar. No tenía miedo, después de todo… ¿qué podía pasar? Pero el hecho de que algo fuera a pasar de repente en el juego, aunque se tratase de una tontería, siempre me daba cierta inquietud.

Volví sobre mis pasos, en busca de quien me hubiera llamado. Pasé por toda la Ciudad Gres, edificios, personas, todo. Analicé detalladamente la fuente que estaba a su lado, la gente por allí. Nada. Nada fuera de lo normal. Confuso aunque más tranquilo, me decidí a continuar. “Probablemente aparecerá más adelante, al final de la ruta”, me decía.

Al pasar una vez más por la misma ruta, en el mismo sitio… De nuevo, la llamada… “¡Oye, Thor! ¡Esperaaa!”. 

Vale, aquí sí que estaba asustado, hablando con franqueza. Esta vez fui más meticuloso y observé a mi alrededor. Me fijé en un detalle importante: Mi personaje dirigió la mirada al frente al cerrar el cuadro de diálogo. Allí se encontraba un anciano. Su mirada, tras lo sucedido, me invadió de temor. Supongo que en ese momento todo fue sugestión… Pero de ahí en adelante, nada fue producto de mi imaginación.

El anciano permanecía impasible y estoico, observándome. ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Qué quería de mí? Y, lo más importante: ¿qué iba a suceder?

Armado de valor, me dirigí hacia él, y le hablé sin vacilar. Él me dijo: “¡Ah, eres tú!” … ¿Eres tú? ¿tú? ¿de qué me conocía? Tal vez se trataba de algún vidente que formaba parte de la historia… Aunque ninguno de mis amigos me había contado nada de eso. Había visto el final del juego y nada en él me encajaba con la presencia de un vidente entre los personajes. Pero bueno, me autoconvencí de ello, qué remedio.

El anciano continuó hablando: “Hemos cuidado de tus Pokémon y, ¡vaya sorpresa que nos hemos llevado!” …

Esta frase ya me sonaba más. Durante unos segundos respiré tranquilidad… “Maldita sea, es el viejo de la 
Guardería” me dije aliviado. Hasta que caí en la cuenta…

Acababa de llegar ahí por primera vez en toda mi partida. No había ninguna partida anterior guardada, el juego estaba completamente al principio. ¿Qué Pokémon? No había dejado ningún Pokémon… Era imposible. De nuevo el temor me invadió… Quizá ahora más que antes.

A medida que el anciano hablaba, mi miedo aumentaba: “¡Tus Pokémon tenían un Huevo!” … Si antes me aumentó la sensación de malestar, imaginaos cómo estaría ahora. ¿Qué iba a salir de ahí? Es un Huevo nacido de la nada… De ninguna parte. Era totalmente imposible que fuera mío.
Tras esto, llegó el instante que marcaría el rumbo de esta historia para siempre… Y lo sé, siempre sabré que me equivoqué al decidir…

El anciano dijo: “Todavía no sabemos de dónde lo han sacado”. Anda, amigo, yo tampoco.

“¿Lo quieres?” … Permanecí en esa pregunta durante 10 minutos aproximadamente, sin exagerar ni un poco. 

Poneos en situación: Sábado, madrugada, en tu cama, bajo la sábana, un silencio sepulcral en tu casa… Te ofrecen un Huevo de procedencia absolutamente desconocida. No es como esas ocasiones en las que te dicen 
“No sabemos de dónde ha venido” y tú sabes perfectamente lo que han hecho tu Pokémon macho y hembra. No. No había nada ni nadie que hubiera dado vida a ese Huevo tan enigmático…

“Sí”. Esa fue mi elección. Mal, muy mal. Nunca debí. “Llévatelo y no regreses con él”, me dijo finalmente el anciano. Juraría que en ediciones anteriores, el anciano de la Guardería solía ser más gentil… Pero bueno, me conformé así. Entonces decidí hablarle de nuevo… En juegos anteriores, cuando hablabas con él, te decía qué Pokémon tenías dentro de la Guardería, así como en qué grado congeniaban, para así saber si pueden criar entre sí.

Al hablarle, el anciano me dijo la frase que me dejó completamente seguro de que estaba pasando algo MUY raro. Él dijo:

“Llévalo lejos… Devuélvelo a su lugar.”

De acuerdo. Ahora pude declararme oficialmente cagado de miedo. Algo muy extraño sucedía con ese Huevo. Si era parte de la nueva trama de Pokémon Blanco y Negro, hubiera admitido que estaba muy currada. Demasiado currada. Y, desgraciadamente, no solía ser así.

Examiné mi Huevo. En sus Datos podían apreciarse muchas cosas demasiado extrañas para un simple Huevo. El primer dato parecía estar bien: “Huevo misterioso obtenido el 8-8-2011”. Lo siguiente me dejó más confuso… “Origen: Lugar lejano.” Señores, creo que todos sabemos muy bien que el Origen de todos los Huevos es “Guardería” o “Pareja Guardería” o algo así. Y la Guardería no es un lugar que digamos Lejano.
El tercer y último dato me dio lo que yo creía que era la respuesta al misterio. “Vigilando el Huevo – Parece que a este Huevo le va a costar abrirse…” Bingo. Debía tratarse de uno de los conocidos “Huevos Malos”. Ahora todas las piezas me encajaban: el juego debería haberme venido mal, y eso daba esa serie de errores tan particulares. A pesar de tener un Huevo Malo en un juego recién comprado, me sentía aliviado. Irónico, ¿no?
Por desgracia, aquí no acabó todo: me extrañó el hecho de que dicho Huevo tenía Pokérus. ¿Esto era posible? No estaba seguro, la verdad. No le di importancia. Ahora no me asustaba, a todo lo raro que veía le adjudicaba el motivo de que se trataba de un Huevo Malo. Como último detalle que captó mi interés, añado que el Huevo estaba manchado de rojo, y no de verde, como suele ser normal. Esto último me hizo pensármelo más, ya que había visto en páginas especializadas imágenes de Huevos Malos y, físicamente, eran imposibles de distinguir. No obstante, negado a ser supersticioso, seguí convenciéndome de que todo ocurría debido al posible defecto de mi juego.

Ahora, por desgracia, volvemos a los sucesos paranormales: Cerré el cuadro de Datos del Huevo, y me dirigí hacia el PC para dejarlo ahí. Todos sabemos que abrir un Huevo Malo es muy peligroso para la partida. Dejaría que se pudriese en un hueco del PC, en la última caja, en el último hueco. Sin embargo, en este momento, ocurrió algo inexplicable para cualquier juego, cualquier circunstancia y cualquier “Huevo Malo”:

“Lleva una carta”.

Lectores y lectoras: ¿Cómo narices (por no decir cojones) lleva un Huevo, aunque sea el más Malo de los Malos, una carta? Es IMPOSIBLE. Mi tranquilidad de que fuese un Huevo Malo para olvidar en el PC para siempre se desvaneció, destruida en mil pedazos. De nuevo reemplacé cordura por temor. Me puse bastante nervioso…

Apagué el PC y miré mi equipo. Sí, el susodicho Huevo llevaba una carta. Era la primera vez, y esperaba que la última, que veía el sprite de un Huevo con el símbolo de carta a su lado. Lejos de resultarme gracioso, hizo que 
se me encogiera el corazón.

No había aprendido la lección. En ese momento me di cuenta. Si bien la curiosidad me arrastró a aceptar ese Huevo a un extraño anciano, ahora me empujaba a leer esa carta, como el dulce aroma de una pastelería a comprar dulces bollos de chocolate. Sabes que no son saludables, pero es inevitable.

Sí. Leí esa carta. ¿Adivináis qué ponía?

“I want out of here. I need it.” – Quiero salir de aquí. Lo necesito.

Si alguna vez habéis visto películas de miedo con sobresaltos, conoceréis más que de sobra esa sensación que te invade cuando el zombie aparece de repente en la pantalla, cuando en el cine suena la música fuerte y retumbando en toda la sala tras el silencio infinito característico de las salas. Esa sensación de que las manos se congelan, y de que tu corazón daría cuanto estuviera en su mano por salir por tu garganta. La sensación del sobresalto, la tensión, quizá ansiedad. Una sensación emocionante cuando sabes que lo que sucede a tu alrededor es ficción. Cómo os envidiaba en ese momento…

Mi alma era hielo al leer esa carta. Su aspecto de por sí era ya espeluznante: Un fondo gris mate, con letras negras y profundas como la misma noche… Por si fuera poco, ya lo que ponía no es que fuese más tranquilizador. Consideraba todo lo que estaba ocurriendo una broma de pésimo gusto, si es que alguien humano estaba detrás de todo eso… Cosa que empezaba a dudar.

Si es cierto que la curiosidad mató al gato, mi gato estaba ya muerto más de sus 7 veces. Se me quitaron las ganas de hacer cualquier gesto de curiosidad desde ese momento y hasta el fin de mis días. No quería abrir ese Huevo, no quería tenerlo encima y quería quemar ese juego para jamás en mi vida volver a oír nada sobre él. 

Intenté dejarlo en el PC una y otra vez, una, dos, tres y mil veces, pero no era posible. Traté de quitarle la carta, pero no era posible. El juego no me daba la opción “Quitar” en el submenú de “Carta”. Sólo había “Leer” y “Salir”. Armándome de valor, volví a abrir la carta. Quería buscarle una explicación, un motivo a todo lo que estaba pasando que me sacara esa ansiedad del cuerpo.

Pero… Mi ansiedad aumentó.
La carta, sin motivo aparente, había cambiado. Ahora el fondo era negro, y sus letras eran de un color rojo tan vivo que parecía que la pantalla de mi DS sangraba…
Ponía:


“Get me out of here… Please…” – Sácame de aquí… Por favor…


Esto, lectores y lectoras, hay que vivirlo para saber qué se siente. Hablando en términos coloquiales y entendibles, el cague era de cojones. Empezaba a sospechar que todo lo que estaba sucediendo no era real. Yo me debí dormir bajo la sábana mientras jugaba, y mañana iba a ser todo normal, mi juego normal, mi vida normal, y mi ansiedad y miedo una estúpida anécdota que me dará grima hasta la hora del café del desayuno. 

Pero nada más lejos. Esto era bien real…

Aunque quizá os burléis de mí, tenía ganas de cerrar los ojos y esconderme, como un ingenuo niño pequeño. Que todo pasara. Una pesadilla estúpida, que el corazón no siente si los ojos no ven. Pero no podía hacer eso… Toda clase de ideas extrañas y sádicas se pasaban por mi mente. Tenía un inmenso temor a lo que pudiera pasar si apagaba la DS.

Intentando ser empático (tanto como era humanamente posible), me metí en la historia. Yo era un entrenador con un Huevo muy particular, que me pedía con todas sus ansias (las que quepan en un Huevo) que le abriese. 

Quién sabe, quizá ese cascarón de lunares rojos era una especie de prisión… Quizás, dentro había algo que acabaría con todo esto, un final feliz, la liberación de cual fuera el ser que yacía en el más que mencionado Huevo. Además, me lo había pedido por favor.

No me preguntéis por qué, pues todavía hoy no sabría responderos, pero sentí que debía abrirlo. Tampoco sé de dónde supe sacar tal cantidad de empatía, pero me puse en el lugar de ese Huevo. De un estúpido Huevo. Me sentí como se podría sentir él. ¿Y si un maligno cascarón fuese mi prisión? Yo también querría ser liberado. 

Aunque quizá hubiera utilizado medios menos escalofriantes. Sin embargo, yo debía ser el elegido y, si ese Huevo lo había mostrado así, quizá debería cumplir con mi “deber”.

Ahora bien, es bien sabida la dificultad que tienen los Huevos Malos para abrirse, y si su descripción coincidía con la de uno de ellos, quizá también lo haría su tiempo de gestación. De hecho, algunos Huevos Malos nunca se abren. Dicen que eso depende de los datos que hayas corrompido. No recuerdo haber corrompido nada… No había “metido mano” a mi juego en ninguna de sus formas posibles.

Debía intentarlo. No estaba solucionando nada diciéndome que hacerlo era difícil. Sabía bien lo que tenía que hacer, así que me puse a ello. Lo llevé conmigo allá por donde avanzaba. Completaría la historia con él en mi equipo, aunque quizá me dañase la partida. Era un riesgo que tenía asumido, lo correría.

Cuál fue mi sorpresa, cuando, al salir de la Guardería, tan solo tuve que torcer al camino de la izquierda de la Ruta 3, cuando se me abrió un cuadro de diálogo:
“…”, ponía.

Después de eso, la pantalla estuvo en negro durante unos segundos. Mientras permanecía así, pensaba que todo había terminado por fin. Tal vez ese era el final para una anécdota que contar a los amigos, el Huevo se “abrió” entre sombras, y todo acabó bien. Pero solo unos 10 segundos después, aproximadamente, salió la pantalla de eclosión del Huevo. Me llamó la atención que no empezaba a resquebrajarse como solía pasar en juegos anteriores. Estaba estático, frío, distante… No mostraba reacción aparente. Sin embargo, pasado lo pasado, el hecho de que no empezara a abrirse era lo que menos me preocupaba.

De repente, sin ningún movimiento previo, haciéndome dar un saltito sobre mí mismo del susto… El Huevo se abrió.

Ahora viene la parte más escalofriante de todo el juego. Si bien antes lo había pasado muy mal en cuanto a sustos y temores, en ese instante me di cuenta de que el auténtico pánico acababa de empezar.

De todas los Pokémon que imaginé que podrían nacer de ese Huevo, nunca se me pasó por la cabeza que fuese algo tan espantoso. Según mi teoría anterior, sobre aquello de que el interior del Huevo contenía un ser atrapado, me imaginaba algo más… esperanzador, ahí dentro. Qué deciros, un Togepi, un Pikachu… ¿Quizá un Arceus? 

Pero nada de eso…

El Huevo contenía… … No sé muy bien qué era. Todavía hoy sigo dudando si verdaderamente, eso era lo que yo bauticé por Zorua. Era el único Pokémon al que se me podía asemejar. Era un ser de lo más extraño. Si la intención del juego era representar un nuevo Pokémon, estaba bastante claro que se había basado en Zorua. Por ello lo llamaremos así de aquí en adelante.

No sólo la presencia de un Pokémon del tipo Siniestro en un Huevo así ya asustaba por sí sola, si es que era de ese tipo, sino también todos aquellos matices distintivos que le acompañaban. Señores, no veréis en vuestra vida un Zorua como el que yo tuve la espantosa oportunidad de ver:

En el lugar de sus orejitas, ahora habían en su cabeza unos enormes y afilados cuernos del color de la sangre más pura. A ello le acompañaban numerosas manchas de sangre, fría y repugnante sangre, repartidas entre sus patitas y su boca. Daba la impresión de que, en una vida anterior, ese despiadado ser hubiese matado sin control a todo ser que se le cruzara por delante. Sus ojos transmitían la inquietud y el ardor de las entrañas del infierno, sensación quizá acompañada por los mechones de pelo que tenía en medio de sus cuernos, ahora transformados sospechosamente en los colores de un fuego vivo e intenso. La oscuridad de su pelaje era mayor de lo normal, notoria hasta en el día más radiante.


Ya dije esta frase previamente, pero insisto: Para saber cómo me sentí, esto hay que vivirlo.

Smile.jpg

Hace ya bastante que no subo creepypastas pero este es uno increible que alguno Amigos me pidieron que suba. Aqui se los dejo:

El día que conocí a Mary E., un día de verano de 2007, realmente terminé hablando con una puerta; bueno, más que hablar con una puerta, escuché los sollozos y las plegarias que venían del otro lado de esa puerta. Hablé con Terence, el esposo de Mary durante 15 largos años. Mary aceptó verme porque a mi edad era imposible que trabajara para algún periódico y en realidad, yo no parecía otra cosa que un estudiante obsesionado con algunos temas, ocupado en su carrera y -si todo salía de acuerdo al plan- esperanzado en escribir algunas piezas de ficción, en algún momento; y eso era todo lo que yo era.
Obtuve la dirección de su casa y acordé visitarlos en un fin de semana en el que yo estaría en Chicago visitando a una tía. Terence me recibió, Mary se había encerrado en su habitación. Acampamos junto a la puerta durante media hora. Terence intentó calmarla, convencerla de que saliera, pero fue inútil. Me entretuve tomando notas desde el banquillo en el que el marido me instaló. No quise dar la entrevista por perdida y traté de escuchar la discusión, captar algún dato. No logré entender mucho de lo que Mary dijo, estaba histérica y no paraba de repetir algunas cosas sobre sus pesadillas.
Tras varios intentos, Terence tiró la toalla y se disculpó conmigo. Abandoné la casa un tanto desanimado, pero logré convencerme de que aquello no era para tanto, después de todo, esto era un pasatiempo y nada más. Además, si Mary nunca lograba salir de su cuarto, tenía que haber alguien más. Mary era la administradora de un pequeño foro electrónico de anuncios (un BBS), con base en Chicago, en 1992, cuando tropezó con smile.jpg y su vida cambió para siempre.
Tenía apenas cinco meses de casada cuando pasó a formar parte de los cuatrocientos usuarios que, se estima, abrieron el hipervínculo; ella, sin embargo, es la única que ha hablado abiertamente sobre la experiencia. El resto han permanecido en el anonimato o quizá han muerto. Fue en 2005, cuando apenas cursaba la preparatoria, que smile.jpg atrajo mi atención por mi creciente interés en los fenómenos surgidos en internet; Mary solía ser la víctima que se citaba para darle credibilidad a un fenómeno que también llegó a denominarse como smile.dog.
Lo que más me atraía era el absoluto silencio en internet sobre la cuestión, la gente familiarizada con los rumores y dispuesta a hablar sobre ellos los consideraba apenas un Hoax, pues incluso dedicando algunas horas a la tarea, es imposible encontrar la imagen. Ciertamente, existen muchas fotos manipuladas con la finalidad de hacerse pasar por la original y es eso lo que uno va a encontrar en los primeros intentos con cualquier buscador.
A la imagen original se le atribuyen efectos colaterales muy significativos: ansiedad aguda, delirio y en algunos casos, epilepsia. Creo que ese es el principal motivo de que el archivo sea apenas una sombra, un fantasma que suele mencionarse de vez en cuando. ¿La censura del tópico se apoya en el escepticismo o en el miedo? Ni smile.jpg, ni smile.dog son mencionados en Wikipedia aunque virales más escandalosos como goatse (hello.jpg) o 2girls1cup, cuentan con su propia entrada; así mismo, cualquier intento de subir una contribución referente a smile.jpg, es sistemáticamente eliminada por cualquiera de los múltiples administradores de la enciclopedia en línea.
Al parecer, ya se hablaba de smile.jpg en los remotos tiempos de usenet, e incluso existe una historia muy persistente sobre un hacker que en 2002, inundó los foros de sátira y humor de Something Awful con la imagen, volviendo epilépticos a casi la mitad de su público. Se cuenta también, que para finales de la década de los noventa, una cadena circuló vía eMail con el asunto: “SONRÍE, DIOS TE AMA!”. Sin importar los altos márgenes de exposición que estos eventos supondrían, pocas personas admiten haber tenido contacto con el archivo y hasta ahora, ninguna página o vínculo convincente ha sido descubierto.
Aquellos que claman haber visto smile.jpg, suelen alardear agregando que en el momento en que lo vieron estaban muy ocupados como para guardar una copia en su disco duro. De cualquier modo, las descripciones de las presumibles víctimas suelen tener algunos puntos de coincidencia: un perro (cuando se especifica su raza, un husky siberiano), iluminado por el flash de la cámara en una habitación en penumbras; el único detalle que se distingue en la imagen es una mano que surge desde la penumbra y, usualmente, no parece hacer nada más que “posar” hacia el margen izquierdo.
Por supuesto, el enfoque de la imagen es el perro (o la criatura similar a un perro, como también suelen llamarlo): el animal muestra una par de filas de enormes, blancos y afilados dientes, con un gesto que casi parece humano. Se suele agregar que la imagen se ha quedado dentro de la cabeza del espectador y que conforme se repite, vuelve en momentos de distracción durante el día, esta va envolviendo la mente, hasta el punto en el que la imposibilidad de pensar en otra cosa se confunde con la sensación de no poder mirar hacia otra parte y la imagen comienza a despertar impresiones en los otros sentidos.
Estos episodios -por llamarlos así-, parecen estar relacionados con los diagnósticos de epilepsia y también con la aparición de pesadillas, nítidas y paulatinamente más inquietantes. Después de que la condición empeora, el testigo suele terminar medicado y esto, al menos en algunos casos, suele mitigar el proceso. Supongo que el tratamiento que Mary E. tomaba, no fue parte de esos casos.
Después de regresar de Chicago, me dediqué a enviar mensajes de solicitud a varios grupos de noticias, foros, sitios y listas de correo, esperando encontrar el nombre de algún supuesto testigo de smile.jpg que sintiese la necesidad de dar su testimonio. Pasó demasiado tiempo sin ninguna respuesta y en algún momento, mi curiosidad comenzó a apagarse; me encontraba camino a exámenes finales. Mary me envió un mail, a principios de Marzo de 2008:
Para: jml@****.com
De: enherM@****.net
Asunto: La entrevista del año pasado
Todavía tengo mucha vergüenza por el modo como te traté cuando me visitaste. Espero comprendas que no tuviste nada que ver con esto, fue por mis problemas… Creo que hubiera podido ser más amable y espero que me perdones. Tenía mucho miedo.
Me siento acosada. He vivido así durante 15 años. El perro viene a mí en mis sueños, cada noche. Se que parece mentira, pero es cierto. Hay algo, un color, algo que hace que las pesadillas que tengo no se parezcan a ningún sueño que hubiera tenido antes… Ya no recuerdo tanto los sueños que tuve antes. En mis sueños, nunca me muevo. Nunca hablo. Simplemente estoy mirando la escena de esa foto horrible, veo la mano, veo el perro y el perro habla.
¡Ahora vayan, vayan mis pequeños y busquen al Lassie malvado!

martes, 24 de junio de 2014

Mi horror en La Liberté

En este Creepypasta no hay imagen porque no encontre pero igual ahi va para que lo disfruten:

Este relato es fruto de una mente enferma. Debes saberlo antes de comenzar la lectura. Hace seis meses que estoy con antidepresivos y antipsicóticos, medicación que más que mejorarme, hace que mi paranoia y mi dolor aumenten. Mi realidad, mi verdad, es absolutamente insoportable. Tengo pocos momentos de lucidez, como éste, en los que puedo escribir. Momentos en los que la ansiedad y la depresión se sustituyen por un sentimiento de ira que me sobrepasa. Momentos en los que tengo que cuidarme de mi otro yo. Este escrito me llevó cuatro meses redactarlo. A lo largo del relato entenderás la razón.
Lo que viene a continuación es mi verdad. En tus manos queda decidir si este relato es real o si simplemente es una extensión de mi locura. Debes saber también que esta historia no es apta para gente sensible o fácilmente impresionable. Todo lo que voy a relatar puede inducir al lector a cometer mis mismos errores, aunque en mi opinión todo el mundo debería leerlo. Es algo que nos afecta a todos, nos implica a todos. La gente debe saber qué es lo que se está cociendo aquí, qué es lo que está pasando, y hacia dónde nos dirigimos; pues es la única manera de pararlo, por más doloroso que sea.
Te he advertido, ¿estás decidido a seguir a partir de este punto?
Bien, comencemos.
Desde que era pequeño el mundo de la informática me ha apasionado, especialmente el mundo de Internet. Para mí era algo increíble y fascinante que dos personas en extremos distantes del país pudieran comunicarse en tiempo real sólo a través de un equipo informático. Mi pasión y mi curiosidad me llevaron a aprender sobre protocolos y configuraciones de redes, servidores, programación web… hacking.
Pensarás que con esta afición tuve que haber estudiado una carrera de informática, pero hay algo que me apasiona aún más. El saber, el conocer, el investigar. El divulgar. Todo esto, junto con mi curiosidad innata, hicieron que me decantara por el periodismo.
A la hora de preparar mi tesis final, vi la oportunidad de juntar mis dos pasiones. La idea de la tesis final consistía en investigar sobre un hecho concreto, tratando de dar una información completa y veraz sobre el mismo. Sin amarillismo, la pura y simple verdad. Aquellos días estaba muy de moda el concepto de la Deep Web. La Web profunda, el lado oscuro de internet. Muchos rumores e historias circulaban sobre la misma. Pedofilia, asesinos a sueldo, hackers a sueldo, mercado negro de armas, videos de autopsias alienígenas, documentos secretos del gobierno y un largo etcétera. La gente estaba fascinada y percibía a la Deep Web como un lugar oscuro y siniestro, donde lo más horrible del ser humano salía a flote.
Yo, que presumía de tener un conocimiento amplio sobre internet, sabía de la existencia de la Deep Web. “Sabía” (y me perdonarás que use comillas) que ahí abajo no podrías encontrar ningún documento secreto del gobierno, al menos no así como así. Por tanto, mi tesis vendría a dar una explicación completa sobre la Deep Web, en la cual además vendría a demostrar que no era algo tan “chungo” como la gente lo pintaba.
Para ello me propuse investigar y tratar de encontrar la famosa web francesa La Liberté, una supuesta página alojada en la Deep Web que tenía un nivel de protección altísimo, tanto que necesitabas una invitación para entrar. Según la leyenda, en La Liberté podías encontrar foros de lo más diverso. Desde pedofilia, hasta supuestos documentos con evidencia que probaría ciertas teorías de conspiración, como los Chemtrails y los Illuminati.
En realidad, lo que quería demostrar era que dicha web no existía, tumbando uno de los mitos más populares de la Deep Web. Y de existir, demostrar que su creación había tenido lugar después de la aparición de los rumores e historias sobre ella, y que no contenía ningún documento de interés.
Cada vez que pienso en ello, me dan ganas de llorar.
El primer paso, si existía dicha web, era conseguir una invitación para la misma. Para ello no tuve otro remedio más que relacionarme con la gente que accede a este “lado oscuro”. No fue tarea fácil, pues no sólo debía proteger bien mi equipo, sino entrar en sitios con contenido delictivo en los cuales dejar rastro podría suponer pena de prisión. Adopté medidas adicionales para proteger mi privacidad en la medida de lo posible. Mi objetivo eran los chats de las webs con contenido pedófilo y snuff, evitando las imágenes y el contenido de las páginas. Durante meses me fui haciendo conocido en estos sitios, hasta que un día apareció Grimm.
Grimm era un habitual en uno de estos chats, y alardeaba de tener acceso a La Liberté. Conseguí ganarme su confianza y su amistad hasta que, al cabo de un tiempo, accedió a darme una invitación. Entonces pude confirmar la existencia de La Liberté. Fue una sorpresa mayúscula; como ya dije, mi intención era tumbar el mito y, por el contrario, lo hice real. Incluso confirmé que su existencia se originó mucho antes de que aparecieran los rumores en la web superficial.
¿Si existía La Liberté… qué más existiría?
El concepto de mi tesis cambió radicalmente, como os podéis imaginar. La Liberté es un foro normal y corriente, con el añadido de que para acceder a cada subforo necesitas crear un nuevo usuario. El contenido es tal y como la gente lo describía. Aquí puedes encontrar lo más horrible y oscuro que te puedas imaginar, también las pruebas a ciertas teorías conspiratorias. Y aquí comenzó mi decadencia y mi descenso a la locura.
No sé cuántas horas, en cuántos días navegué por el subforo de conspiraciones. Quedé sumamente impactado con muchas de las revelaciones; pero lo que más me atrajo fue la conspiración del Proyecto Monarca.
¿La fascinación por este proyecto fue inducida por un tercero, o realmente me interesaba este tema? No estoy seguro. No estoy seguro de nada.
El Proyecto Monarca era una continuación del proyecto MK-ULTRA desarrollado por la CIA, y que supuestamente terminó en la década de los setenta. La finalidad del proyecto MK-ULTRA era la de conseguir controlar la mente de la gente a base del suministro de drogas, como LSD, y la creación de traumas a través del abuso verbal, físico y sexual, provocando la disociación de la mente del individuo. Cuando las aberraciones del proyecto MK-ULTRA se hicieron públicas, la CIA dijo haber terminado con dichos experimentos. Pero mucha gente creía que simplemente le cambiaron el nombre y lo hicieron más secreto, y siniestro. A la continuación del MK-ULTRA la llamaron Proyecto Monarca, o Programación Monarca. Y yo tenía pruebas de su existencia.
No sólo podía probar la existencia del Proyecto Monarca, sino de todo el complot y conspiración en torno a él, sobre todo en la industria del cine y la música. Películas desde El club de la lucha hasta Sucket Punch esconden mensajes sobre la programación monarca, y muchas estrellas de la música son personas que han pasado por esta programación. Autómatas humanos, siendo las chicas Disney su máxima expresión y Lady Gaga la “reina”, por así decirlo. Todos los videos de Lady Gaga tienen claras referencias a la programación monarca.
Toda la industria del entretenimiento, tomada por estos esclavos, para a su vez programar a la gente de a pie. El conocimiento que tenía en mi mano, la información que poseía, podía cambiar el mundo. Podía liberar a la gente de su “falsa libertad”.
Pero ¿por qué esta información no había salido de La Liberté? Es cierto que en la web superficial se comentaban todas estas cosas, pero no pasaban de ser más que rumores realizados por cuatro chiflados aburridos. En La Liberté había pruebas de todo esto… no lo comprendía. Pero tanto daba, estaba decidido a sacar a la luz todo ese material. Fotos, videos, documentos del gobierno… sería un auténtico bombazo.
Entonces entró Grimm en juego de nuevo. Me dijo que el material que se encontraba en La Liberté era material liberado de otra web, aún más profunda y secreta, llamada Sion. Para acceder a Sion necesitabas ser invitado al igual que en La Liberté, y sólo usuarios con acceso a La Liberté podían serlo… unos pocos elegidos.
Me comían las dudas. Tenía material más que suficiente para provocar una auténtica revolución, pero si lo hacía, perdería la posibilidad de acceder a Sion, donde, según prometía Grimm, hallaría información mucho más impactante que la de La Liberté. A su vez, acceder a Sion implicaba pasar más tiempo en La Liberté, relacionarme con los usuarios, con el riesgo que eso implicaba. Ni siquiera Grimm sabía lo que realmente me traía entre manos, o eso pensaba yo entonces.
La pregunta volvía a mi cabeza, “¿por qué esto no ha salido de La Liberté?”.
Tomé la decisión de llegar hasta el final y tratar de ganarme el acceso a Sion. Entonces las cosas se pusieron aún más extrañas. Para ganarme la confianza de toda la gente en La Liberté, tuve que convertirme en un monstruo. No sólo me centré en comentar en el foro de conspiraciones (de hecho, esto era lo que menos hacía, como si no tuviera mucho interés), fingí ser una persona con un gusto hacia la pedofilia y el snuff igual de extremo que el del resto de usuarios.
Grimm publicaba mucho de este material, que tenía que ver con total repugna para no desentonar en las conversaciones del foro. No advertí entonces que aquello parecía una prueba hacia mi persona, pues los demás usuarios me preguntaban qué me había parecido tal o cual parte, o qué me había excitado más… Ahora que lo pienso, no comprendo cómo pude estar tan ciego. Como fui tan soberbio y tan estúpido.
Mi resistencia hacia toda aquella inmoralidad fue creciendo, hasta que las cosas subieron de nivel. ¿Conocéis la película A Serbian Film? Una de las escenas más polémicas implicaba a un bebe, y ahí lo vamos a dejar. No tengo fuerzas para describir o nombrar la escena por lo que es. Los videos que tuve que ver, eran como esa famosa escena… sólo que en esta ocasión, los bebés no eran muñecos. En algunos videos, la madre se comportaba como en A Serbian Film, en ocasiones incluso participaba directamente. En otras, chillaba y gritaba tratando de salvar a su pequeño de… mierda, es que tienen un auténtico mercado negro con esa basura. Secuestran a mujeres embarazadas, y las… cambian, ¿vale? Y aceptan lo que les va a pasar a sus niños. Algunas despiertan al final y se dan cuentan de lo que está pasando; ellas son las que gritan. Pero ésa no es ni por asomo la regla general. No sé lo que les pasa a los niños, sólo sé que a la mayoría los dejan vivir, no sé con qué fin. No me atrevo a imaginármelo.
Tras esta experiencia, padecí unos cuantos días de crisis nerviosas; pero estaba más decidido que nunca a acceder a Sion, desvelar toda la información que pudiera y acabar con esa maldita mierda.
Entonces Grimm cambió el contenido de los videos. Durante un tiempo fueron videos pornográficos normales y corrientes, cosas que cualquier ser humano normal podría ver. Eso hizo que me tranquilizara un poco. Luego los videos volvieron a subir de nivel. Creía que los videos de los bebés era el límite del horror, pero había más, mucho más… tanto, que no me atrevo a decirlo.
El ciclo era siempre el mismo, los videos subían hasta un nuevo y extremo nivel que me dejaba noqueado, para luego pasar durante unos días a videos normales, que poco a poco iban subiendo su intensidad hasta llegar al límite anterior… que volvía a ser superado. No me daba cuenta de la manipulación que estaban haciendo. Llegué a ver sin asco los videos de bebés, entre otras cosas.
Pasaron meses, hasta que por fin llegó el día. Después de enfrentarme a un nuevo y horroroso nivel, recibí un mensaje de Grimm con un link “.onion”. Una invitación a Sion. Lo había conseguido, tenía acceso al lugar más oculto y siniestro de la Deep Web. El lugar que se había convertido en mi obsesión, el lugar por el que había sacrificado parte de mi cordura, no sabía hasta qué punto.
Entré en Sion. La web no era ningún foro, ni un blog, sólo contenía un video. El fondo… no recuerdo el color. A veces lo visualizo negro, otras blanco, otras verde; pero por alguna razón, creo que el fondo tenía todos esos colores, y más. Accioné el video y apareció un hombre con traje que decía lo siguiente en inglés:
”Felicidades por haber accedido al último nivel de Monarca. El proceso está a punto de comenzar. Su maestro lo guiará en este último tramo, y recuer…”.
Y entonces, todo se volvió negro por unos segundos, que en realidad fueron días. Seis días, en concreto. Desperté con dolores horribles por todo el cuerpo. Dos dedos de mi pie derecho estaban rotos y tenía múltiples golpes y quemaduras por todo el cuerpo. En la espalda tenía una herida reciente, como si alguien me hubiera clavado un cuchillo o algo similar, aunque no muy profundamente. No me había duchado ni afeitado en todo ese tiempo.
Lo peor era el dolor de cabeza… un dolor punzante y terrible. Y el miedo. ¿Qué había pasado? Cuando me repuse un poco, traté de entrar de nuevo en La Liberté. La página había desaparecido, y en su lugar había una imagen de una mariposa monarca. No pude encontrar a Sion de nuevo. La información de La Liberté ya no estaba a mi alcance.
Lo había perdido todo… ¿o nunca había existido?
El recuerdo de todos esos meses de tortura, así como la incertidumbre de todo lo que había sucedido en los seis días oscuros, como yo los llamo, terminó por derrumbarme. Además, habían veces en que todo se volvía negro y despertaba a los pocos segundos, descubriendo que habían pasado minutos, a veces incluso horas.
Me sometí a tratamiento psiquiátrico, pero los médicos no consideraron necesario institucionalizarme. Dicen que tengo un trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas psicópatas y delirios. Curiosamente, el tratamiento no me hace efecto, como dije al principio, sólo me hace más dócil y vulnerable a los períodos de oscuridad.
He intentado suicidarme en múltiples ocasiones, pero no lo consigo. Cuando estoy a punto de conseguirlo, experimento uno de esos momentos de oscuridad. No me van a dejar hacerlo, me han programado para que no me suicide. Para que mi otro yo salga cuando estoy a punto de hacerlo. Tampoco puedo divulgar la verdad, por eso he tardado tanto en escribir esto. Hay días en los que sólo pude escribir una palabra de este texto, a veces un párrafo entero, pero poco más. Por suerte, no experimento momentos de oscuridad cuando escribo, pero sí me olvido enseguida de lo que estoy haciendo y no lo recuerdo hasta el día siguiente. No sé si podré subirlo, creo que he encontrado una manera de bloquear a mi otro yo y la programación, pero no estoy seguro.
Y aquí va mi conclusión, fruto probablemente de mi mente enferma, pero yo creo que es real. En el último párrafo he hablado sobre mi otro yo. Ése es el objetivo del Proyecto Monarca, y yo he sido un experimento dentro de una nueva forma de programación. Quizás sólo sea uno más.
Grimm fue mi guía, quien me llevó de la mano durante todo el proceso. A través de La Liberté, si es que ésa era la auténtica, si es que ésta a su vez existe, iniciaron la programación, creando traumas a través del contenido publicado. Me hicieron romper en muchas ocasiones la barrera de la cordura, para devolverme después a un estado de calma. Sin darme cuenta, me estaban induciendo a un estado disociativo.
Así llegamos a Sion, cuando la programación finalizó, disociándome por completo y creando definitivamente a mi otro yo, el perfecto esclavo que está a sus órdenes, quienes quiera que sean ellos. Lo que más me obsesiona es lo que pudo pasar en esos seis días, y lo que hace mi otro yo cuando toma el control.
Lo más triste… es que pude detener todo esto antes, si no hubiera sido tan ambicioso. Estoy pagando el precio de mi soberbia.